Anteriormente, los médicos considerábamos que la amputación de la extremidad era la solución, lo que científicamente hemos comprobado es que este procedimiento se constituye en un riesgo de acelerar el proceso de la muerte. Porque se generan consecuencias psicológicas y físicas graves; secundarias a la depresión, pérdida de la autoestima y lesiones de tipo cardiovascular, ya que estando en reposo nuestras arterias del corazón y cerebro se obstruyen más rápido, además de los costos asociados para el sistema de salud y el paciente. Sin dejar atrás las incomodidades que significa para la movilidad y estética del mismo.
Nunca nos detenemos a pensar la importancia que tienen los pies... Es el momento de considerar tomar la decisión de cuidarlos.
De los pacientes con amputación mayor (por encima de la rodilla), solamente menos del 40% sobrevivirán a los tres años y se ha podido determinar que una persona amputada puede vivir menos que otro paciente con algunas clases de cáncer.
Teniendo en cuenta estas cifras tan importantes y viendo lo devastadora que es la situación de una amputación, en Fundación Clínica decidimos implementar un programa llamado “PIE DIABÉTICO” para ofrecerle a los diabéticos el apoyo necesario para que, trabajando en conjunto con la familia, podamos prevenir las amputaciones.
Existen medidas de prevención sencillas, pero que requieren constancia y dedicación. Estas exigen una interacción constante entre el paciente, su familia y el equipo de trabajo médico y de enfermería. El seguimiento de estas recomendaciones puede hacer la diferencia entre seguir caminando y disfrutando de su independencia o pasar a tener que desplazarse con ayuda de otras personas o, lo que es peor, permanecer en una silla de ruedas.
La piedra angular de la prevención del pie diabético y todas las complicaciones es el control de la azúcar en sangre, ya que el nivel elevado de esta es el causante del daño de los nervios, la circulación, las articulaciones y el sistema de defensa. Los pies se deforman, y empiezan a aparecer callosidades que luego se ulceran, y al final aparece la necrosis o gangrena.
1. Seguir al pie de la letra las recomendaciones del equipo de trabajo que atiende su diabetes, especialmente dieta estricta, actividad física diaria, controles periódicos de glucometrias, cumplimiento en los horarios de los medicamentos, asistir a citas y chequeos programados por su médico y enfermera de diabetes.
2. Indispensable conservar hábitos de cuidado como elegir el calzado adecuado (los zapatos deben ser semiblandos, livianos, cerrados, no ajustados, sin costuras internas prominentes), ya que el mismo zapato puede ocasionar pequeños traumas que predisponen a la aparición de lesiones que van avanzando debido a que no hay sensibilidad por el daño neurológico que ocasiona los niveles altos de azúcar.
3. La caminata diaria por terreno plano y seguro garantiza que estimulemos la circulación de las extremidades inferiores.
4. La higiene de los pies debe tener un tiempo y un cuidado especial, no debe haber humedad entre los dedos, las uñas deben cortarse adecuadamente para que no ocasionen lesiones en la piel alrededor. No es conveniente hacer el arreglo de las uñas en sitios públicos, sino en casa con sus propios implementos. En caso de usar agua tibia asegurarse que no esté muy caliente, ojalá con vigilancia de otra persona.
5. Debido al daño del sistema neurológico, los pies no sudan lo suficiente, por lo tanto, la resequedad predispone a que la piel seca se lesione y facilite entrada de bacterias. Para suplir esta deficiencia existen cremas y geles especiales disponibles en las farmacias que mantienen la piel hidratada y protegida, debe aplicarse en las mañanas después del baño y en la noche antes de dormir.
6. Asociado a la lesión neurológica, los diabéticos tienen pérdida de la sensibilidad protectora, lo que se traduce en que sufren lesiones sin sentir dolor. Por lo que se recomienda que el mismo paciente o con ayuda de algún familiar cercano se revise en detalle los pies todos los días, en búsqueda de alguna lesión tipo laceración, nódulo, callosidad, en el dorso, en la planta y entre los dedos.
Desafortunadamente, la mayoría de los casos con enfermedad de pie diabético son detectados tardíamente cuando los pacientes ya poseen una úlcera infectada y con signos de necrosis o de compromiso profundo en tendones, músculos y hueso, lo que hace que sea muy difícil llegar a la curación, pero no es imposible. Por esto se han venido estudiando en muchos métodos que nos permiten realizar el salvamento del pie y evitar la amputación.
Se realiza valoración y manejo interdisciplinario, utilizando técnicas avanzadas de tecnología de punta que logra permeabilizar las áreas de mala circulación. Con la clínica de heridas, enfermeras expertas hacen curaciones con apósitos y vendajes especiales, equipos de presión negativa, medicamentos dentro de la lesión y dedicación y cuidados por la familia se contribuye en el proceso de limpieza y cicatrización. El servicio de ortopedia de pie práctica en casos seleccionados, las cirugías necesarias para remodelar las articulaciones deformadas y amputaciones parciales, permitiendo que el paciente conserve su extremidad y logre seguir siendo independiente.
A pesar de todos los esfuerzos hay un porcentaje, afortunadamente cada vez menor, de personas que continúan requiriendo amputaciones mayores, para ellos también hay apoyo y podrán ser rehabilitados con terapia física, acompañamiento psicológico y prótesis si las condiciones generales lo permiten.
Consulte a su médico en caso de encontrar los siguientes signos o síntomas en sus piernas y pies:
Sonia Ortiz Ruiz
Médica especialista en Medicina Interna
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